Hola, VSL, me alegra que te haya gustado. Yo la considero de visión obligada en los colegios (se supone que están para formar a las personas).
Para un varón sano, un rostro joven y bello de mujer es una hierofanía, lo sagrado manifestándose en lo biológico. Supongo que por eso siempre que se postean fotos de mujeres, se escogen jóvenes. Las mujeres maduras aportan otro tipo de hermosura a la vida de los hombres, pero no pueden hacerlos temblar de pies a cabeza, hacerlos aventureros y dispuestos a arriesgar y a superarse para conquistarlas. Un rostro agraciado guarda muchos secretos, no hace falta que abra la boca para demostrar que es inteligente y sensata, eso tiene que completarlo la intuición del varón.
Rosemary Forsyth en una gran película, "
El señor de la guerra", sobre el conflicto cristiandad-paganismo, siervos-señores y todo eso. La Forsyth no tiene por qué ser una sabihonda, le basta con sugerir con su belleza un mundo misterioso que rodea y supera al varón, que éste sólo puede acatar y saborear sin pretender dominarlo, so pena de que surja la tragedia.
Leelee Sobieski como Juana de Arco. Dirigiendo la mirada a un ideal mayor que ella. Cualquier varón sano empuñaría un arma, rezaría a su numen particular e iría en pos de Juana poniéndose a sus órdenes tan sólo por el simple hecho de tener una pequeñita oportunidad de merecer conquistarla.
¡Ya podían ser así todas las argelinas! Firmaba ahora mismo. Otro gallo cantaría en el Mediterráneo. Edwige Fenech, actriz setentera, parece irradiar sorpresa, sensualidad y cierta pasividad. Físicamente era muy apropiada para interpretar a una víctima de psycho-killer o de un sátiro sexual. Por eso la Fenech se especializó en
giallo y en cine erótico. Una pena.